martes, 6 de enero de 2009

¿El ataúd?

martes, 6 de enero de 2009


“El ataúd”. Bueno creo que a ver obras de teatro realizada por estudiantes o jóvenes (ya sea en la actuación, como en la realización) es ameno, ya que uno quien es de la misma edad pretende que suplan o que realicen ciertas historias en las cuales nos veamos identificados ya sea como sociedad, etnia o simplemente apalee a una trama interesante. Eso si las expectativas eran muy altas creo, personalmente, ya que si bien esperaba una buena obra de teatro lo que obtuve fue una obra deficiente, no pésima pero mala. Es ahí donde me cuestiono el porqué de la situación.

Primero creo que la historia esta mal contada, confusa e in entendible ya que como varios espectadores más no comprendimos que carájo nos querían decir (un entre líneas, un punto de vista, ¿algún mensaje?…¿era una critica? …etc.). Es aquí donde creo que le faltaba peso, consistencia al guión realizado, ya que habían situaciones tediosas, aburridas, las cuales eran interminables como por ejemplo el eterno juego del saber… que muchas veces parece “relleno” y resulta molesto e ingrato. Es ahí donde me pregunto ¿era en el guión tan así la situación o la historia?, porque si estamos en lo correcto creo que narrativamente hablando habría un problema.
Intuyo que cada obra como estructura tiene que suplir ciertas vallas y bien lo dice Aristóteles en su poética (PRIMER TEXTO QUE RECOGE NORMAS Y PRECEPTOS TRATANDO DE DESARROLLAR MODELOS QUE PRODUZCAN ORDEN EN LA ESCRITURA DRAMÁTICA, CONSIDERANDO COMO EJEMPLOS OBRAS ANTERIORES). Es por ello que al ver esta obra, al comienzo, me causa dificultad saber si lo que veré es un drama o una comedia. Pasa el tiempo y la duda continua eso si más acercándose a una especie de comedia burda, la cual no esta bien resuelta y con además una serie de rayos típicos de un tragedia (como por ejemplo el cuestionamiento existencia que se hace conejo cuando se de cuenta de quien es…) es por eso que en ese momento me resigno haber una especie hibrida.

La historia continúa y aparece el típico humor contemporáneo del siglo XXI: Burdo, grotesco, poco agraciado y repetitivo. Pero más haya de esto, me llama la atención que aparece el nunca bien ponderado humor racista. Personalmente las primeras 3 burlas me causaron gracia, luego de esto monotonía fastidiosa hasta más no poder.

Una obra con una verosimilitud precaria, ya sea desde las actuaciones de personajes como la historia misma, por ejemplo las actuaciones de “conejo” hasta la escena total del futuro son simuladas malamente. La culpa no creo que la tengan los actores, sino quien designa y crea los personajes, porque si la finalidad era tener personajes poco creíbles lo logran y con crece. Eso si hay actuaciones rescatables y algunas buenas, como por ejemplo la de la niña linda que pasa el puntaje ¡ja!

Una gran duda que me quedó es si es que las obras de teatro cuentan con un director de arte o alguien encargado de la escenografía, ¿un escenográfo? por que si mal lo recuerdo, todo lo que pasa en el concurso o en “el colegio” transcurre en los años 80” ¿o no? Como entonces el espectador sabe, con lo que ve, que esta situado en una determinada época. ¿La escenografía lo ayuda? ¿El vestuario de los actores determina un determinado espacio, mundo o entorno? ¿El peinado de los niños es el de la época? Yo creo que no. El joven que hace de conejo parece una especie de “emo”, los jampers son como de este siglo por lo cortos, etc. Lo único que me pareciera dar a entender que son los 80 es una pequeña, casi microscópica radio que hay a un costado, y solo eso.

Eso si hay bastantes cosas buenas también, siempre se resalta lo malo y nunca lo bueno se suele decir, es por esta razón que así como hay buenas actuaciones, hay un esfuerzo por mostrar algo hacia un espectador y eso no es fácil. Más cuando son jóvenes viles los espectadores.

Sebastián Moscoso

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